Hoy por hoy, la India es el país más poblado del mundo y esta tendencia seguirá marcando una diferencia con China en los próximos años, en especial en cuanto al envejecimiento de la población y las grandes diferencias en cultura de natalidad.
El mercado indio es inmenso; sin embargo, las barreras arancelarias a la importación son un impedimento para que Chile pueda aumentar sus exportaciones. De muestra un botón: las manzanas frescas ingresan a India con un arancel de un 50% y las nueces con un 100%. Lo mismo ocurre con el vino, que también está afecto a un 100% de derechos de aduana. Los embarques a India en 2023, sin considerar el cobre y el litio, superaron los US$ 550 millones y se calcula que el 2024 esta cifra haya subido considerablemente.
Desde el inicio del acuerdo comercial con India, hace ya algún tiempo, se constató que este era uno de los tratados mas tímidos y las preferencias arancelarias negociadas fueron muy bajas, por lo que la penetración al mercado indio ha sido bastante cuesta arriba. Hace pocos años se hizo una nueva negociación en donde se mejoró y redujo algunos aranceles, pero todavía el mercado indio es bastante restrictivo y con tasas arancelarias que hacen poco viable el potenciamiento nuestras exportaciones.
Por estos días la SOFOFA y Frutas de Chile (ex Asoex) se reunieron con personeros de la Embajada de India en Chile, instancia en la que participó la Embajadora y sus principales colaboradores. El encuentro fue muy positivo y la idea es trabajar en conjunto para lograr mayor reducción de aranceles; hay sectores nacionales muy interesados en acceder al mercado indio, como el sector agrícola, los alimentos procesados y los vinos.
Por lejos, el comercio Chile-India ha sido uno de los más difíciles de desarrollar; en general India es un país muy cerrado y bastante reacio a abrir sus fronteras comerciales. Sin duda alguna el enorme tamaño de este mercado es un objetivo que debería ser prioritario.