
Crisis en la industria vitivinícola sigue sin pausa ante un menor consumo mundial de vino
Sin duda el rubro vitivinícola exportador ha sido uno de los orgullos nacionales más sentidos y uno de los pilares más importantes en la diversidad de las exportaciones de las últimas décadas. Cuando uno tiene la posibilidad de visitar otros países y se encuentra con vinos chilenos, siente una genuina satisfacción y siempre en algún supermercado o restaurante tiende a elegir a un vino chileno. En el pasado alcanzamos a exportar más US$ dos mil millones y la industria se veía floreciente, y el aumento exponencial de viñas que incursionaban en los mercados externos era una característica y las inversiones en nuevos proyectos se multiplicaban.
Lamentablemente, los tiempos presentes dan cuenta de una disminución brutal del consumo mundial de vino, lo que está significando que las viñas locales pasen por aprietos y está costando mucho lograr tener una operación rentable.
Si bien este fenómeno es mundial, el caso de Chile es que se encuentra un poco atrapado en un promedio relativamente bajo en el precio por caja exportada, no pudiendo consolidar todavía el aumento de precios promedio por caja. Según datos oficiales, los US$ 28 dólares en promedio por caja actuales de las exportaciones vineras son insuficientes para conseguir números azules y son pocas las empresas que han logrado subir sus precios. Por el contrario, la contracción de la demanda está presionando los precios a la baja, lo que genera aún mayores preocupaciones para el futuro.
Cabe señalar que si uno compara la presencia de vinos chilenos en los mercados europeos y estadounidense, ve que la oferta de vinos chilenos ha disminuido y que marcas que era habitual verlas en las estanterías hoy ya no están; en consecuencia, da la impresión de que hemos perdido terreno frente a otros competidores y sería ideal hacer un esfuerzo adicional para recuperar el terreno perdido. En todo caso, la buena noticia viene desde Brasil, país que ha incrementado sus compras de vino en forma muy importante en los últimos años y se espera que este inmenso mercado continúe creciendo.
Tenemos la impresión de que la presencia de vinos chilenos ha decaído más que los de otros países; se observa que los vinos argentinos han aumentado en las estanterías extranjeras. Cualquier persona común y corriente se da cuenta que el nivel de inversión en la promoción de los vinos de nuestros vecinos es sustancialmente superior a lo que invierte Chile.
Es quizás el tiempo y el momento para repensar el tema de la promoción del vino chileno y en este caso las viñas más grandes que todavía tienen una operación rentable se puedan coordinar y hacer una campaña con importantes recursos y actividades para mostrar las bondades de nuestros vinos en los exigentes mercados externos.